Análisis del mercado por Quasar Elizundia, Estratega de Investigación en Pepperstone
20de enero de 2025 –
“El peso colombiano está atravesando un período de incertidumbre, enfrentando una confluencia de factores complejos tanto a nivel global como doméstico. Esta situación requiere cautela respecto a la moneda colombiana mientras se espera una mayor claridad sobre los factores que influyen en su volatilidad y en las perspectivas a corto y mediano plazo.
A nivel internacional, la próxima inauguración de un nuevo presidente en los Estados Unidos está generando cautela no solo para el peso colombiano, sino también para los mercados en general. Las políticas comerciales propuestas han sembrado incertidumbre, con el potencial de aumentar la volatilidad que podría afectar negativamente a las monedas de mercados emergentes, incluido el peso colombiano. Esto, sumado a la próxima reunión de la Reserva Federal, mantiene a los inversores en vilo.
Aunque no se esperan recortes adicionales en las tasas de interés hasta la segunda mitad de 2025, el mercado monitoreará de cerca cualquier indicio de un cambio en la política monetaria de EE.UU., impulsado por los datos económicos recientes. Es crucial considerar la dicotomía presentada por los recientes datos económicos de EE.UU. Mientras que la semana pasada se vieron datos sólidos, como vacantes de empleo y cifras del NFP, que apuntan a una economía resistente, esta semana se ha mostrado una moderación en el tema de la desinflación, complicando la interpretación del mercado. Esta divergencia entre datos sólidos y señales de moderación de la inflación crea una atmósfera de incertidumbre que impacta directamente en el sentimiento del mercado y, en consecuencia, en el comportamiento del peso colombiano.
A nivel doméstico, los datos económicos colombianos muestran una imagen mixta. Las ventas minoristas en noviembre registraron un aumento interanual del 10,4%, impulsadas por un buen desempeño en los sectores de automóviles y tecnología, lo que sugiere una mayor confianza del consumidor en ciertos segmentos. Sin embargo, persisten desafíos significativos. Un fuerte descenso en el empleo temporal y la continua debilidad en categorías básicas como la ropa subrayan las dificultades económicas que enfrenta una parte considerable de la población. Este contraste entre el dinamismo en algunos sectores y la fragilidad en otros genera una tensión reflejada en la moneda.
Además, la producción industrial contrajo un 2,1% en noviembre, afectada por la disminución de la producción de vehículos y productos farmacéuticos. La caída del 0,8% en el sector manufacturero, por debajo de las expectativas del mercado, añade presión sobre el sector industrial y las perspectivas de inversión. Este debilitamiento de la actividad productiva interna es un factor clave que influye en la percepción de riesgo del peso.
De cara al futuro, la trayectoria del peso colombiano dependerá en gran medida de la publicación de datos económicos clave, como la balanza comercial y la actividad económica. Un crecimiento económico débil podría aumentar la presión de venta sobre la moneda, mientras que datos sólidos podrían ayudar a estabilizar el sentimiento del mercado. En este contexto de incertidumbre global y desafíos internos, el peso colombiano se encuentra en una encrucijada, donde una gestión prudente de la política económica y los desarrollos en el entorno internacional serán cruciales para su futuro.”
Análisis de Quasar Elizundia, Estratega de Investigación – Pepperstone